Me encuentro llegando a mi cuarto de hotel después de ver finalmente la obra. Entre la increíble música del señor Andrew Lloyd Webber, las letras del señor Charles Hart (y Richard Stillgoe), la excelente, aunque mejorable, interpretación por parte de los actores y la espléndida guía que el siempre buen Inge me preparó amablemente, creo que puedo decir con certeza que lo disfruté exactamente como lo hubiera deseado. Hizo que valiera la pena el viaje y la malacopa experiencia de andar por el transporte público de Londres jaja. Hasta se me olvidaron el incidente del taxi y otro nuevo ocurrido cuando el ANIMAL que iba manejando el camión de Heathrow a Gatwick, se sintió en Mario Kart y al dar una vuelta bastante intrépida se salieron todas las maletas del camión. Detallazo. El caso es que soy feliz y que ya me puedo retirar a Pachuca a vivir en paz (o sugieran otro lugar, Pachuca es el que primero me vino a la mente). Lo que sí es que creo que me excité un poco comprando souvenirs, creo que por ese precio pude comprar el teatro con todo y actores.
I remain your obedient servant.
O. P.
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